Historia

Los orígenes del club

El Campo de Deportes Larraina es uno de los primeros clubes deportivos de Pamplona que, con casi 90 años de vida, ha logrado adaptarse a los nuevos estilos de vida sin perder de vista la cercanía que caracteriza este pequeño club en pleno centro de la ciudad.

El Campo de Deportes Larraina nació en 1931 de la idea de Nicanor Mendiluce, primer presidente del club, que se inspiró en los exclusivos clubes masculinos ingleses para crear la primera piscina de Pamplona. Mendiluce, junto con otros promotores de la idea, trabajaron en el proyecto los dos años siguientes hasta la constitución de la sociedad deportivo-recreativa.

El 14 de junio de 1933 se inauguró el Campo de Deportes Larraina, situado en la ubicación actual de la Cuesta de La Reina. El objetivo del club era ofrecer a sus socios un espacio privado donde practicar deporte y disfrutar de momentos de ocio en pleno centro de Pamplona en los meses de verano. Popularmente, el club era conocido como la piscina.

Además de la piscina y de los espacios verdes, el Campo de Deportes Larraina ofrecía en sus inicios un gimnasio al aire libre, vestuarios, un frontón y edificó el chalet que todos conocemos como vivienda del conserje, y un edificio social en forma de barco.

Dada la buena acogida entre los socios, el Campo de Deportes Larraina pasó a ser un club abierto todo el año para proponer actividades deportivas y de ocio adaptadas a las modas de la sociedad cambiante: waterpolo, futbito, balonmano, baloncesto, pelota, natación, saltos de trampolín, campeonatos de mus, ajedrez, truco.

En 1966, el Campo de Deportes Larraina obtuvo la cesión del terreno colindante adquirido en 1932, para ocupar los 10.000 metros cuadrados de extensión que conocemos en la actualidad. En los años 1970 y en los años 2000, el club realizó diferentes reformas para remodelar y crear nuevas instalaciones con el fin de satisfacer las necesidades deportivas y de ocio de los socios.

Club mixto desde 2015

En 2015, el Campo de Deportes Larraina pasa oficialmente a ser un club mixto tras la decisión de la Junta Directiva de autorizar las mujeres a ser socias del club.

No obstante, este cambio se inició ya en 2012 con la admisión de las mujeres como usuarias deportivas y la creación de equipos femeninos de la sección de Waterpolo. Además, se realizó una adaptación de las instalaciones para ofrecer vestuarios femeninos y su correspondiente acceso al spa.

Más que una ruptura con el pasado, este hito responde a la voluntad de modernización y adaptación a las nuevas demandas y valores de la sociedad actual. El acceso a las mujeres es además sinónimo de acceso a las familias, un valor profundamente presente entre los socios del Campo de Deportes Larraina.

Instalaciones modernas para todos

En 2019, el Campo de Deportes Larraina realiza su última gran reforma del club. El objetivo principal consiste en modernizar las instalaciones deportivas y de ocio, así como mejorar los accesos a los diferentes socios de todas las edades.

Además del lavado de cara de instalaciones emblemáticas como el edificio social y el chalet, el club remodela su gimnasio para ofrecer a sus socios una nueva maquinaria de Matrix Fitness más moderna y adaptada a las nuevas tendencias deportivas. El club completa este espacio con la propuesta de nuevas actividades para todos los públicos, como el entrenamiento funcional, el entrenamiento personal y la gimnasia de mantenimiento para los veteranos.

Cumpliendo con su afán de servicio a la sociedad pamplonesa, el Campo de Deportes Larraina cede sus instalaciones a diferentes entidades y asociaciones para la realización de talleres y cursos formativos. Así nacen las colaboraciones con Foro Europeo, la Asociación Navarra del Autismo, la Asociación Navarra de Síndrome de Down y la formación de socorristas.

Sin olvidar la apuesta del club por proyectos que fomenten valores como la integración, el respeto y el compañerismo gracias al equipo de gimnasia rítmica adaptada Otra Mirada, premiado en 2019 con el Galardón Valores del Deporte del Gobierno de Navarra.

En casi nueve décadas de existencia, el Campo de Deportes Larraina ha sabido evolucionar para satisfacer las necesidades de sus socios, sin perder de vista su espíritu familiar y cercano.